Aquellos que tienen el
derecho de servir a Dios
Aquellos que tienen el derecho de servir a Dios
COMÚNMENTE SE ASUME que uno puede cumplir con su sagrada obligación de servir a Dios de la manera que elija. Lamentablemente, tal suposición ha confundido a muchos dos verdades bíblicas básicas con respecto al servicio del hombre a Dios: que uno debe tener primero el derecho de servir a Dios para que sus servicios sean considerados dignos y aceptables; y que debe servir a Dios según Su voluntad. Precisamente, una persona que hace esa suposición sostiene que lo importante es poder servir a Dios, sea cual sea la manera que prefiera. Sin embargo, este no es el caso cuando se trata de servir a Dios. De hecho, las Sagradas Escrituras enseñan lo contrario. Tal persona ha ignorado o fallado en averiguar cuál es la voluntad de Dios y la condición que Él puso para que el hombre tenga el derecho de servirle.
La Biblia establece claramente la condición previa que primero debe ser cumplida antes de que uno pueda servir al Dios vivo: primero uno debe ser limpiado y purificado de sus pecados, y solo la sangre de Cristo puede limpiar absolutamente a una persona. En Hebreos 9:14 está escrito:
“Pues si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de Cristo. Porque por medio del Espíritu, que vive para siempre, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha ni pecado. Su sangre nos purifica, para que estemos seguros de que hemos sido perdonados, y para que podamos servir a Dios, que vive para siempre.” (Traducción Lenguaje Actual)
Solo aquellos que han sido purificados y limpiados pueden servir a Dios y no cualquiera.
En Hechos 20:28, los apóstoles testifican quienes fueron limpiados con la sangre de Cristo. El Apóstol Pablo dice:
“Por tanto, tengan cuidado de ustedes mismos, y de todo el rebaño sobre el cual los ha puesto el espíritu santo como supervisores para apacentar la Iglesia de Cristo, la cual Él compró con su sangre.” (Traducción Lamsa*)
Contrario al conocimiento común de que todas las personas se beneficiaron del sacrificio de Cristo, solo los miembros de la Iglesia De Cristo (Church Of Christ) se han beneficiado verdaderamente del acto redentor de Cristo cuando derramó Su sangre en la cruz. Los miembros de Su Iglesia fueron purificados y limpiados de sus pecados. Por lo tanto, son los que tienen el derecho de servir y adorar a Dios.
“Pues si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de Cristo ... Su sangre nos purifica, para que estemos seguros de que hemos sido perdonados, y para que podamos servir a Dios, que vive para siempre.”
Hebreos 9:14
Traducción Lenguaje Actual
Para aclarar esto, cualquier persona que quiera servir a Dios debe esforzarse por convertirse en miembro de la Iglesia De Cristo. La gente no debería tener reservas en dejar su religión por la Iglesia De Cristo porque lo que estarían haciendo es cumplir con el mandato de Cristo. El Señor dijo que la gente debe entrar a través de Él para estar en el rebaño y ser salvos (Juan 10: 7, 9, 16 Revised English Bible*). El rebaño, como fue mencionado anteriormente, es la Iglesia De Cristo.
La Biblia no solo atestigua que la Iglesia De Cristo tiene el derecho de servir y adorar a Dios, sino que también tiene la verdadera relación con Jesucristo. El Apóstol Pablo declara esto:
“«Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.» Aquí se muestra cuán grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia.” (Efe. 5:31-32 Dios Habla Hoy)
¿Qué pasa con aquellos que no son miembros de la Iglesia De Cristo, aquellos que no tienen ninguna relación con Cristo? Según el Apóstol Pablo, esas personas no tienen el derecho de servir a Dios y no son partícipes de Sus promesas:
“…Recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza, y sin Dios en el mundo.” (Efe. 2:12 LBLA)
Es terrible estar en esta condición: no tener esperanza en la promesa de Dios y vivir en el mundo sin Dios. Esta es la situación de cualquier persona que está separada de Cristo porque no tiene ninguna relación con Él. Cualquier servicio y adoración que le rinda a Dios no tendrá ningún valor. No está incluido entre los que recibirán la prometida ayuda y salvación de Dios. Con las muchas incertidumbres en este mundo y su cercana destrucción en el Día del Juicio, parece que las cosas no les irá bien a nadie que esté fuera de la Iglesia.
Por lo tanto, uno debe esforzarse por estar en la Iglesia De Cristo para tener relación con Cristo y poder servir a Dios.
“Por tanto, tengan cuidado de ustedes mismos, y de todo el rebaño sobre el cual los ha puesto el espíritu santo como supervisores para apacentar la Iglesia de Cristo, la cual Él compró con su sangre.”
Hechos 20:28
Traducción Lamsa*
Solo porque uno tiene el derecho de servir a Dios y le fue enseñada la manera correcta de realizarlo, pero insiste en hacerlo de la manera que le plazca, sus servicios no tendrán valor. Cristo nos enseña que rendir servicio y adoración a Dios no debe basarse en leyes creadas por el hombre porque tal servicio y adoración son en vano. En Mateo 15: 9, el Señor dijo:
“Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios.” (Nueva Traducción Viviente)
Cuando uno sirve a Dios, debe observar Sus leyes y enseñanzas. Solo entonces Dios considerará su servicio digno y aceptable.
Esto es lo que Dios busca de aquellos a quienes les ha dado el derecho de servirle y adorarle. Por ejemplo, los israelitas. Durante su tiempo, solo ellos tenían el derecho de servir y adorar a Dios (2 Reyes 5:15 LBLA; Romanos 9:4 TLA). Sin embargo, no tenían la libertad de hacer lo que querían. Dios les dio Sus decretos con respecto a la adoración que debían rendirle, y exigió que los decretos que había establecido se siguieran de manera exacta (Deuteronomio 12:13, 4 LBLA). Lo mismo ocurre en la era cristiana.
Aquellos que ya tienen el derecho de servir a Dios son verdaderamente bendecidos porque están seguros de que su adoración es aceptable ante Él.
Por lo tanto, se les da una instrucción que deben cumplir primero para que puedan aferrarse a Dios y mantener sus servicios a Él. En Deuteronomio 13: 4, esta es la declaración:
“Sigan y honren solo al Señor su Dios; cumplan sus mandamientos, escuchen su voz y ríndanle culto; vivan unidos a él.” (Dios Habla Hoy).
Los verdaderos siervos de Dios deben ser obedientes. Deben tenerle un temor reverente. Deben tener cuidado al obedecer Sus mandamientos. Tienen que permanecer fieles a Él. Nunca deben adorarle de manera incorrecta. Nunca se les debe animar a dejar de servir al Dios verdadero para servir a dioses falsos. Incluso si los que los están presionando para que lo hagan son sus familiares y amigos, deben permanecer fieles a Dios (Deuteronomio 13: 3, 5-8 Dios Habla Hoy).
“Sigan y honren solo al Señor su Dios; cumplan sus mandamientos, escuchen su voz y ríndanle culto; vivan unidos a él.”
Deuteronomio 13:4
Dios Habla Hoy
Para permanecer en su derecho de servir y adorar a Dios, los verdaderos adoradores son exhortados por los apóstoles a ser fuertes en la fe (Apocalipsis 3:11 Expanded Bible) y a sobresalir siempre en servir a Dios (1 Corintios 15:58 Names Of God Bible). Si hacen esto, si se dedican al servicio fiel a Dios, nunca terminarán perdiendo. Los apóstoles les recuerdan que las obras que hacen para el Señor nunca serán en vano.
Entonces, aunque encuentran pruebas y dificultades en esta vida, deben mantener su fe y sus servicios al Señor hasta el final, porque en el Día del Juicio, recibirán la promesa de la salvación y la vida eterna. En 2 Timoteo 4: 7-8, el Apóstol Pablo declara esto:
“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (La Biblia de Las Américas).
Por lo tanto, recibir el derecho de servir a Dios y rendirle la adoración verdadera no solo hará que los servicios de una persona al Señor sean dignos y aceptables, sino que también le traerán grandes bendiciones en esta vida y en la venidera.
*Traducido del: inglés.
Este artículo se publicó originalmente en la revista Pasugo: God’s Message, abril de 2017.